Rango de rendimiento

Una computadora moderna de escritorio, que usa por ejemplo un procesador Pentium 4 o Athlon 64, típicamente opera a más de 3 GHz, provee de un desempeño computacional del rango de unos cuantos GFLOPS. Aún algunas consolas de video juegos del final de los años noventa y principios del 2000, tales como Gamecube y Dreamcast, tuvieron un rendimiento mayor a un GFLOPS.
La primera supercomputadora, Cray-1 fue puesta en marcha en el Laboratorio Nacional de Los Álamos en 1976. La Cray-1 era capaz de operar a 80 MFLOPS. En poco más de treinta años desde entonces, la velocidad computacional de las supercomputadoras es más de un millón de veces mayor.
La computadora más rápida del mundo hasta la fecha (16 de noviembre de 2009)[1] es la supercomputadora CRAY XT5 Jaguar que opera a 1,75 petaflops. Se encuentra ubicada en el Oak Ridge National Laboratory (ORNL) en Oak Ridge, Tennessee, siendo propiedad del Departamento de Energía de los Estados Unidos de Norteamérica y utiliza los últimos procesadores Six-Core Opteron de AMD. Su predecesor CRAY XT, posía 322 TB de memoria y un ancho de banda I/O de 284 GB/segundo. En total, los recursos del ORNL pueden proporcionar hoy día hasta 2.5 petaflops teóricos, siendo el primer sistema en petaflops disponible para la investigación abierta, mediante convenios con diferentes universidades y centros de investigación.
La computación distribuida usa internet para conectar computadoras personales y lograr un efecto similar; ha permitido a SETI@Home, el mayor de dichos proyectos, computar a una velocidad de más de 100 TFLOPS. Folding@home ha ganado terreno y actualmente ha logrado una velocidad sostenida de 175 TFLOPS convirtiéndola en una de las supercomputadoras más poderosas del mundo. Otros proyectos similares son Einstein@Home (60 TFLOPS) y climateprediction.net.
Las calculadoras de bolsillo se encuentran al otro extremo del espectro de rendimiento. Cada solicitud a una calculadora típica requiere únicamente de una operación. Así que raramente existe alguna razón para que el tiempo de respuesta exceda el del propio usuario. Cualquier respuesta menor a 0,1 segundos es percibida por el usuario humano como instantánea, de manera que una calculadora simple podría decirse que opera a 10 FLOPS.
Los humanos somos aún peores procesadores de punto flotante. Si a una persona le toma un cuarto de hora realizar una división larga (a papel y lápiz) con diez dígitos significativos, dicha persona estaría computando en el rango de mili FLOPS. Es importante tomar en cuenta que esta prueba puramente matemática puede no representar la capacidad real del cerebro humano. Se estima que el poder de cómputo requerido para procesar olores, sabores, tacto, visión y coordinación motora es del orden de 10 PFLOPS (10 veces el poder de cómputo de «Roadrunner»).

No hay comentarios:

Publicar un comentario